De la perdida de los seres caros
Quisiera ahora conversaros de un sujeto que
me llega particularmente al corazón. Trata de la perdida de los seres que os
fueron tan caros.
Primero, entended con seres caros, estas
personas que hacen parte de vuestra familia, como lo decís : estos seres que
compartieron con vosotros estos momentos intensos con alegría y pena, estos
seres que saben de vosotros lo que vosotros mismo a veces no sospecháis.
Esas personas, un día u otro, están acareados
en dejaros, que sea con su muerte física, o que sea con su voluntad deliberada
en dejaros en vuestro camino, ahí donde están en vuestra evolución.
¡ Qué perdida, vais a decirme, qué tristeza
también, y qué ausencia en vuestro
corazón !
Oigo vuestras penas y vuestras revueltas, de
no estar en relación con estas personas que os siguieron y a veces os
sosténieron desde tanto tiempo.
Quisiera que entendáis esta noche lo que
entiendo yo por perdida de seres caros.
Veis
aquí, tras estas palabras que suele encarcelaros, esta facultad que estas
personas han de “dejaros” vivir vuestra propia vida, sin tener el recurso de
pedir su aviso, su apoyo también.
Ahora estáis librados a vuestros mismo en
cuanto a vuestras decisiones, de vuestras dudas también.
¿ Porqué, me diréis, sentirse de un momento a
otro desprovisto de estos apoyos et de estas ayudas que os estaban tan
preciosos ?
Os diría que pienso aquí os hacer ver que
cada uno es Un ser a parte entera, y volver a poner su vida entre las monas de
estos seres caras, es pura debilidad.
SED, e id en vuestro camino que os está
propio.
Estos seres os han
asistidos el tiempo que se lo han dado de hacer.
Ellos también, tienen su propia vida que
seguir, que sea material o puramente etérea.
Nada está más
grande que crecer solo cuando tenemos el seguro que nos han querido.
Haced ahora esta experiencia de LA VIDA, y sed él que sois,
puros y desnudos de la influencia de los otros, los que amabais tanto.
Esta desnudez será a partir de ahora vuestro
vestido en la Luz,
y que vuestra alma no se perturbe con la dureza de mis palabras.
Querría llegar en deciros que nadie esté
indispensable en vuestra vida, como vosotros no estáis indispensable a nadie.
No dejad nunca estos tipos de chantaje
afectivos perturbaros, donde estad.
Os veo pensar que soy de una dureza que no
conozcáis.
¡ Os estoy haciendo crecer, al rango de seres
iluminados et potentes de su propia luz ! Una vez más, oíd mis palabras tal y
como os las doy.
No deformad este lenguaje que siempre es él
de mi corazón, y sobre todo no ved en estos términos malquiera voluntad de
arrastraros hacia estos entresijos del aislamiento, ni de la sequedad de
vuestro corazón.
Quizás tendréis menos personas que querer,
pero seréis entonces capaz de Querer, de dispensar a vuestro rededor lo que os
enseñé, es decir la potencia y el ánimo en este mundo que seréis solos en
decidir en frente a vosotros mismos, y
solamente de vosotros.
No egoísmo tampoco en mis palabras, no se
trata de este sentimiento vil y bajo.
Se trata para vosotros de reforzaros hasta
sentir este ser unificado et recto. Este roble que ninguna tempestad será
estremecer de ahora en adelante.
Os dejo pensar en todo eso.
Sed seguros de mi ayuda y de mi corazón.
Os agradezco.
Sananda.
|